Los hijos de los corruptos cobran protagonismo en la nueva película de Victor García León (Vete de mí), que era ya necesaria en el cine español. Selfie, presentada a concurso en el Festival de Málaga, es un fiel reflejo de la España actual, que recorre lo más oscuro de la política con humor y perspicacia. Y es que la vida de Bosco (Santiago Alverú) se trunca cuando su padre, un alto ejecutivo del PP es detenido por delitos de corrupción. Con la casa embargada, sin coche, y sin apoyo familiar, el joven, acostumbrado a tener la vida resuelta, tendrá que apañárselas en un mundo muy diferente a la mirada del resto de la ciudadanía. Para sobrevivir, se une a grupo de simpatizantes de Podemos, donde conocerá a Macarena (Macarena Sanz) una chica ciega que le ayudará a conseguir trabajo. García León utiliza un cierto paralelismo con Willy Barcenás para construir esta cinta divertida y real.

Grabada en forma de falso documental, o más bien docureality al más puro estilo de las Kardashian, su director destacaba que «hemos llegado a un nivel de expresionismo que permite todo, al cine hemos llegado también a ese momento». Esta forma de filmar hace que destaque la espontaneidad de sus actores. En la que su protagonista, Santiago Alverú debuta en la gran pantalla con un personaje medido entre su propia personalidad (solo hay que ver sus vídeos en Youtube) y el pequeño Nicolás. No se puede obviar tampoco la interpretación de Macarena Sanz que brilla sin precedentes en Selfie, y que se convierte en una firme candidata a la biznaga de plata a la mejor actriz de reparto. Al resto del elenco, Javier Caramiñana, Pepe Ocio…, no le hacen falta la luz de sus protagonistas para moverse con naturalidad por el barrio de Lavapiés de Madrid. Ah, tampoco se puede olvidar el cameo inconsciente de Esperanza Aguirre, uno de los momentos más divertidos de la cinta. Sin duda, Selfie es un cómico retrato de una España más agria que nunca, que une la política y el humor en un mismo plano.