El 23 Festival de Cine Francés de Málaga dio ayer su pistoletazo de salida con la película ‘Rock’n Roll’, en la que el actor Guillaume Canet filma una parodia autobiográfica de lo más exagerada y tronchante. En este caso, se nos pone en escena a un Canet en la crisis de los cuarenta, cansado que le asignen papeles paternos o que no es lo suficiente «rock and roll» para la nueva generación de actores. Para tratar de solucionar esto, el actor intentará buscar de todas las formas esa figura de joven y moderno que tuvo en sus años mozos. Acompañado de su mujer, la actriz Marion Cotillard, que se presta también al juego de su marido de la auto burla, así como su hijo y amigos de la pareja como el actor Guilles Lellouche e Yvan Attal, que también produce la cinta.
Guillaume Canet y Marion Cotillard son los Javier Bardem y Penélope Cruz de nuestro país. Amados por el público y odiados por la prensa, la carrera de los actores no puede ser más internacional. Canet ha compartido escena con Leonardo Dicaprio y Tilda Swinton en la película ‘La playa’ (2000) de Danny Boyle, que fue la que lo catapultó a la fama. Ahora en su faceta como director tampoco le va mal, con cuatro films rodados a sus espaldas, en 2007 recibió el César (los Goyas del cine francés) a la mejor dirección por ‘No se lo digas a nadie’. Por su parte, Marion Cotillard puede presumir de ser la única actriz francesa de ganar un Óscar a la mejor actriz por su actuación de Edith Piaf en ‘La vida en rosa’ (2007). Además, de haber rodado películas con directores de la talla de Woody Allen, Christopher Nolan o Xavier Dolan. De una forma u otra, la pareja forman el tándem perfecto para perturbar la mente de los espectadores sobre su día a día fuera de las cámaras.

La película está claramente dividida en dos partes. Una es más divertida, real, con buen sentido del humor, la otra es como si estuviéramos viendo la vida de Cicciolina en la gran pantalla, de reality, exagerada, que busca la risa fácil. Aún así Canet, que con ‘Rock’n Roll’ presenta su quinta película como director, apuesta por una fórmula inteligente, se ríe de sí mismo, aprovecha el sarcasmo y la ironía, en una comedia que cosechó un millón de espectadores en sus dos primeras semanas de estreno en el país galo. Habría que ver si Pe y Bardem se atreverían a realizar esta arriesgada propuesta.
Nota: 8/10.