Perdida en la confusión

Hemos visto historias de magos, de vampiros e incluso de zombis que venían de ser “booms literarios” y que dieron el salto a la gran pantalla, consiguiendo el mismo éxito arrollador que las páginas del libro. Pero existen otros aclamados best-sellers que no tuvieron la misma suerte y que se convirtieron en verdaderos pufos del séptimo arte. A La chica del tren le puede pasar esto. La adaptación de la novela de Paula Hawkins al cine es confusa, simple y, en momentos, aburrida. La historia, que pasa en Londres pero que se cambia a Nueva York, nos presenta a Rachel (Emily Blunt), una mujer trastornada por su ruptura matrimonial y ahogada en el alcohol, que observa todos los días a través de la ventanilla del tren la nueva vida de su expareja (Justin Theroux) con Anna (Rebecca Ferguson). Sin embargo, todo cambiará cuando su obsesión pasa a la pareja formada por Megan (Haley Bennett) y Scott (Luke Evans). Este aparente psicodélico thriller lo dirige Tate Taylor (Criadas y señoras) que consigue plasmar con profundidad y acierto la tensión sexual, obsesa y misteriosa que se narra en la novela. Aun así el film vale más por su final que por su principio, que provoca cierta confusión por los forzados flashbacks que usan para aclarar la visión de los distintos personajes, pero que acaban enredando aún más la trama.

El poder de la película radica en un elenco brillante encabezado por Emily Blunt (El diablo se viste de prada). La chica que deambula por las vías del tren es amargada e infeliz, con un rostro decaído propio de una adicta al alcohol. Es un personaje complicado pero Blunt lo encara a la perfección. El descaro y la sensualidad recaen en una Haley Bennet (Los siete magníficos) de escándalo. Mientras que la desesperación domina  a una Rebbeca Ferguson (Misión imposible: Nación Secreta) madura. Las tres forman el tándem femenino de la cinta, tres mujeres asfixiadas por sus experiencias maternales y amorosas con los hombres. Con esto parece que hablamos de La Ventana Indiscreta de Alfred Hitchcocok, en la que se ahonda en la mirada de sus tres protagonistas femeninas, pero no las comparaciones han ido más por el camino de Perdida de David Fincher y similitudes no les faltan. En fin,La chica del tren es un melodrama frío con entretenimiento a ratos con un desenlace muy gore no propio con el clima que envuelve a la película.

Nota: 6/10.

Publicado en Diario Málaga Digital.